viernes, 8 de febrero de 2013

POR SAN BLAS LAS CIGÜEÑAS VERAS

Una  mañana de cierta primavera llegaron a lo alto del campanario de un pueblo castellano María Cigüeña, José Cigüeño y Pepito Cigüeñin. Venían de muy lejos, el lugar les era muy familiar y muy querido. José Cigüeño paseo su vista lentamente por todo el paisaje, como queriendo comprobar que nada había cambiado, y que cada cosa permanecía en su sitio.
Allá a lo lejos se divisaba el cauce de un pequeño riachuelo con su puente, una pareja de vacas tiraba de una carro. El hombre iba delante, amoldando su paso al cansino de los animales. Unas cuantas mujeres lavaban la ropa y la tendían sobre la hierba o en las paredes de piedra de los prados  .A ráfagas se oían las risas y su parloteo. También sonaban , de vez en cuando, algunas esquilas.
José Cigüeño pensó que el vaquero con sus vacas no debía de andar muy lejos .María Cigüeña estaba muy atareada colocando las ramitas del nido en su sitio, mientras Pepito Cigüeñin no dejaba de dar la lata rebulléndose en el nido, hasta reconoció   José Cigüeño el gallo del tío Tino, que había crecido mucho y tenia el plumaje cambiado.¡Caramba! le comento a María Cigüeña, que orgulloso se ha vuelto este animal, mientras observaba como el gallo se paseaba con la cabeza erguida por el corral.
Ya salía humo de muchas chimeneas y  le pareció percibir el burbujeo de los pucheros cociendo en la lumbre al pie de los leños, lo que si llego hasta él de un modo claro fue el olor a leña quemada y esto le hizo recordar que era necesario aprovisionarse de algún alimento, pero no quiso hacerlo sin antes haberse paseado con cierto detenimiento por todo el campanario , el tejado y hasta asomar el pico al camposanto que estaba al lado de la misma iglesia.
¡Qué orgulloso estaba él de este lugar, que era su casa por algún tiempo! De todos los nidos  que tenía, este era el que más le gustaba. Las casas subían por la ladera del monte hasta cerca de la iglesia, que estaba en lo alto, parecía como si las chimeneas y los tejados estuvieran de rodillas.
Sino hubiera sido por que el estómago empezaba a dar señales de no tener nada dentro estaría aquí un rato más, pero Maria Cigüeña había terminado ya el arreglo del nido y con su tac-tac llamó a José Cigüeño. Se cogieron de las alas y fueron volando a buscar alimentos no muy lejos .
Pepito Cigüeñin a pesar de las advertencias que su madre le había dado, no dejaba de moverse de acá para allá en el nido y es que era muy travieso.
Oyó voces y asomó el pico más y más, para poder ver de donde venían. Entonces fue cuando por primera vez supo quien era Teruche. Tenía la cabeza llena de tirabuzoncitos negros que caían en cascada desde el recogido del lazo, casi siempre de colores muy vivos. Pepito Cigüeñin veía como la niña entraba y salía por la puerta de la casa muy atareada en arreglar la casita de sus muñecas y vestirlas a todas, ahora sacaba un paño de cocina y arropaba a una de ellas, luego traía en su manita unos granos de arroz y los echaba en un pequeño pucherito de aluminio con mucho cuidado, tapaba y lo arrimaba al fuego , de vez en cuando removía con una pequeña cucharita y meneaba la cabeza simulando probar el exquisito guiso que estaba preparando contrariada porque el parecer no estaba en su punto. Embelesado    Pepito Cigüeñin con los juegos de Teruche no se dio cuenta que su pico se asomaba demasiado y cayó dando vueltas desde lo alto del campanario. Sus huesecillos se estremecieron, crujieron y pudo dar gracias a Dios de caer encima de una enorme boñiga que aquella mañana había depositado la vaca del tío Quico.
En el silencio de la tranquila mañana  Teruche percibió que algo trágico habia ocurrido en el  nido de las cigüeñas. Miro hacia la torre de la iglesia con el corazón estremecido en su pecho y le dio el tiempo justo de ver como Pepito Cigüeñin se desplomaba desde el nido del campanario. Su piar dolorido. Alarmada llamo a su amigo Pedro El Aturdido y entre los dos recogieron con mucho cuidado al magullado Cigüeñin.
De cómo volvió al nido ya os lo contare en otra ocasión porque sino sería muy largo.