domingo, 21 de octubre de 2012

EL NIÑO QUE NO CONOCIA EL MEDITERRANEO

         Había una vez en un pueblecito de Salamanca un niño al que en la escuela le llamaban Pedro el Aturdido. A Pedro le encantaba su pueblo, con su iglesia cortejada por varias hileras de casitas de piedra bajando por las laderas, su campanario y su nido de cigüeñas situado estratégicamente en lo alto del monte. Le gustaba desde allí ver la era en los días calientes de verano, con sus parvas y las vacas somnolientas dando vueltas y más vueltas arrastrando el trillo. Por eso le llamaban Pedro el Aturdido porque se le iba el día en esas contemplaciones.

         Otra cosa que le encantaba era escuchar el viento soplar desde el cementerio y también observar al pastor con su rebaño de ovejas triscar por los campos.

         A veces se quedaba mirando ensimismado como un carro lleno de heno cruzaba el viejo puente que atravesaba un río medio seco con la yunta parsimoniosamente guiada por un hombre del pueblo con su gorra y su ahíja.

         Pedro desde que ayer en su escuela, en la enciclopedia estuvo estudiando los límites de la Península Ibérica y leyó un nombre mágico MEDITERRÁNEO no tenía sosiego  Aquel mar azul se había clavado en su retina y con el dedo índice había acariciado todos los contornos de tierras que sus aguas bañaban. Su mirada fija, perdida desde el alto campanario de la iglesia quería descubrir en el lejano horizonte aquel contorno azul al final de las secas y doradas tierras castellanas.

         Aquella tarde al salir de la escuela se tumbó en el prado boca arriba y el cielo limpio de Castilla le trajo a su memoria otra vez la palabra mágica MEDITERRÁNEO, cerro los ojos y se sintió mecido por sus suaves olas y los tordos se convirtieron en gaviotas en playas de arenas finas. En el monte, a lo lejos las encinas se le antojaron naranjos y el viento trajo su aroma suave. Tomó entre sus manos un puñado de paja seca y subiéndolas la dejo caer suavemente entornando los ojos le pareció un montoncito de arena. Salió corriendo abrió la puerta como una exhalación, unas cuantas gallinas que picoteaban las boñigas de las vacas,  cacarearon en desbandada, una de las gallinas que cobijaba amorosamente bajo las alas a sus polluelos lo hizo más desesperadamente cuando se desperdigaron bajo las ruedas del carro y las patas de algunas vacas que rumiaban tumbadas en la paja o comían pienso en el pesebre. ¡Madre! ¡Madre! Gritó ¡Tengo que ir a ver el MEDITERRÁNEO! ¿el MEDITERRÁNEO? Pedro, Pedro no digas tonterías y lávate las manos para cenar.

         Delante del plato de sopa, moviendo con la cuchara un currusco de pan que flotaba en el caldo Pedro pensó que era un barco que navegaba y musitó MEDITERRÁNEO, MEDITERRÁNEO, quiero conocer el MEDITERRÁNEO.

martes, 9 de octubre de 2012

ESTAMPA


Ilustración Gema García Ingelmo
 Para llegar a la playa de arenas finas

 Donde mi espíritu reposa ahora acariciado por el sol

 Recorrió mi cuerpo entre espinos, pedregales,

 Bochornos de calor, secos de agua, sin amor.

 Violentamente se quemaron mis entrañas

 Con el líquido abrasivo que sonroja,

 La carne sufrió las consecuencias

 De una química que se volvió loca

 Lucho el ángel y el demonio, duramente

 Destrozaron y minaron las batallas mis tejidos

 Solo el bálsamo de una amor querido

 Pudo curar la sucia carne desgarrada

 Inhumanos pero bien vestidos me ayudaron los sentidos

Las aguas de la playa llenas de yodo y de sal

No se inmutaron ,una y otra acariciaron

Aquella podredumbre maloliente

Para sanar y convertirse en sal

Un cuerpo que parecía indiferente

!Qué paciencia la del agua, la del sol, la de la arena!

Qué deshizo en cristales mágicos todos aquellos residuos

Para llegar por fin a la playa

Dónde los niños entre risas hacen con la arena un castillo.

viernes, 5 de octubre de 2012



Cada niño que nace nos trae la sonrisa de Dios y nos invita a reconocer que la vida es un don que es preciso acoger siempre con amor y conservar con esmero en todo momento (Benedicto XVI)


Se muere por lo que se cree, no por lo que se sabe (Unamuno)
 

Amar es principalmente un acto interior una mirada constante del corazón al ser amado (Mercedes Malavé).


El tiempo se va, la eternidad espera. (leyenda reloj Wadovice).


Vivimos todos en tinieblas pero los que saben alimentar esperanzas son capaces de levantar los ojos y ver las estrellas .(Oscar Wilde).


El tedio, la tristeza y el miedo son además  de fuertes emociones, poderosos enemigos ( Tomás Moro)

lunes, 1 de octubre de 2012

Juegos Infantiles

 
 
Jugábamos con las nubes, cuando éramos pequeños,
Hacíamos  elefantes de algodón en el cielo,
se  escapaban raudos movidos por el viento
Éramos capaces de volar en trineo,
sorteando  con valentía nubarrones negros.
Tus ojos tenían resplandor de lo eterno
El aire limpio subía hasta el cielo
Mis pies rozando el mezquino asfalto
Hizo de revulsivo para recordar aquello
Me prometí a mi misma mirar al cielo
Hoy estaba claro de azul muy intenso
Ni una nube para alimentar mi ingenio
Eche de menos tus ojos de inocencia llenos
Por encima de tejados elevar el vuelo
Atraer las nubes a mi espíritu inquieto
Inventar figuras como hacíamos de pequeños
¿veis aquellas de allí? Son dos oseznos
¡mira! Una jirafa se la lleva el viento
Minuto a minuto ver pasar el tiempo
Descansando el corazón en Tú Amor Eterno