Donde mi espíritu reposa ahora
acariciado por el sol
Recorrió mi cuerpo entre
espinos, pedregales,
Bochornos de calor, secos de
agua, sin amor.
Violentamente se quemaron mis
entrañas
Con el líquido abrasivo que
sonroja,
La carne sufrió las
consecuencias
De una química que se volvió
loca
Lucho el ángel y el demonio,
duramente
Destrozaron y minaron las
batallas mis tejidos
Solo el bálsamo de una amor
querido
Pudo curar la sucia carne
desgarrada
Inhumanos pero bien vestidos
me ayudaron los sentidos
Las aguas de la playa llenas
de yodo y de sal
No se inmutaron ,una y otra
acariciaron
Aquella podredumbre maloliente
Para sanar y convertirse en
sal
Un cuerpo que parecía
indiferente
!Qué paciencia la del agua, la
del sol, la de la arena!
Qué deshizo en cristales
mágicos todos aquellos residuos
Para llegar por fin a la playa
Dónde los niños entre risas
hacen con la arena un castillo.
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